Falta de apetito en ancianos o hipoporexia
Se define como la disminución general del apetito y supone la pérdida de apetito en personas mayores. Es un síntoma con serias consecuencias para la salud y que afecta a más de 6,5 millones de personas mayores en España. Este síntoma debe tratarse al menor indicio y lo más rápidamente posible ya que, a menudo, puede indicar problemas graves de salud que deben tratarse por los riesgos que conlleva para la persona.
Los mayores, al ir aumentando de edad, pueden desarrollar esta enfermedad, manifestando la disminución de sus ganas de comer. La causa principal es que ya no necesitan ingerir tantas calorías como cuando son más jóvenes ya que sus necesidades físicas no son tan altas y porque, con el aumento de edad, el estómago pide menos cantidad diaria de comida.
Esto sucede también en algunas ocasiones porque no perciben bien los olores y los sabores de la misma forma en la que lo deberían hacer, causado principalmente por los medicamentos.
Si nos encontramos en la familia un caso de falta de apetito en ancianos, debemos tomar medidas para evitar una malnutrición o deshidratación que puede derivar en una enfermedad más grave o, si ya padecen alguna, que ésta no adquiera ninguna complicación más.
Hiporexia: ¿qué la causa?
La Hiporexia puede ser síntoma de una enfermedad que se esté desarrollando en el organismo del mayor o de alguna enfermedad antigua que ya padezca. En algunos casos, puede ser producida por un problema psicológico, como la depresión, por lo que debemos actuar rápidamente y solicitar tratamiento, así como ayuda a un profesional. Hay que tener en cuenta el estado anímico de nuestro mayor porque, si es bajo, puede ser el indicio de la falta de apetito.
La falta de apetito suele aparecer en el peor momento porque, al estar causada por alguna enfermedad, es en estos momentos cuando el paciente tiene más necesidad de ingerir alimentos y proteínas para así poder tener una pronta recuperación.
Se tiene que vigilar muy de cerca esta situación ya que, si desemboca en una desnutrición, las personas mayores no podrán recuperarse de la enfermedad y, como consecuencia, necesitarían hospitalización.
Otra de las causas más comunes de la falta de apetito es de carácter meramente social ya que, cuando los mayores cambian sus rutinas y se distancian o aíslan del entorno que les rodea, sufren un trastorno emocional. Los orígenes pueden ser diversos: la soledad, la muerte de gente cercana o el cambio de hogar, como puede ser el ingreso en una residencia si en su hogar no puede recibir las atenciones y cuidados que necesitan, etc.
Hiporexia: ¿cómo actuamos frente a ella?
Lo primero y más importante que debemos hacer es controlar el consumo de calorías que toma el mayor, teniendo en cuenta que, como una buena dieta mediterránea, es aconsejable repartirlas en 4 o 5 tomas diarias, con poca cantidad de comida y, al mismo tiempo, hay que incluir en esta dieta alimentos muy nutritivos.
Realizando las 4-5 comidas de poca cantidad, evitamos que se sacien muy rápidamente y que lleguen a la próxima toma con más sensación de hambre.
Es conveniente que los alimentos a ingerir por el mayor sean de fácil masticación y que no estén demasiado calientes, ya que los alimentos que se toman a una alta temperatura sacian antes y más que los que están a una temperatura moderada.
Es importante que se motive el apetito del adulto mayor para que le apetezca la comida que va a comer, por lo que es recomendable:
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- Incluir alimentos que le gusten, darle la comida cuando tenga hambre, aunque se salga del horario predeterminado. Es preferible que coma cuando sienta necesidad menos cantidad pero que coma y se nutra
- Para que puedan adquirir toda la energía necesaria para afrontar la enfermedad y no caer en la desnutrición, es importante que todos los alimentos que se sirven al mayor aporten bastante energía.
- Enriquecer los platos con ingredientes de aporte calórico como caldos, huevo, etc. De esta forma conseguiremos aumentar el valor energético del plato, pero sin aumentar la cantidad de comida a ingerir.
- Variar mucho los platos de la dieta para que el mayor no aborrezca la comida que se le ofrece y que le apetezca más a la hora de ingerirlos.
Otro de los problemas que presentan los mayores que sufren falta de apetito, es que sienten rechazo hacia algunos alimentos como puede ser la carne roja, importante en la dieta porque aporta una gran fuente de nutrientes. Erróneamente, en muchos casos, los mayores prefieren comer alimentos que les gusten más o de fácil preparación como son los vasos de leche con bollería, nada conveniente porque afecta gravemente a la salud del mayor al no ingerirse todos los nutrientes necesarios.
Para terminar, tiene gran importancia que la preparación de los platos sea del agrado del mayor y se añada el máximo de nutrientes posibles para que, de esta forma, su salud se vea afectada lo menos posible.
Ante la falta de apetito del anciano, no dudéis en consultar con el médico y/o un nutricionista. En Vitalservit nos tomamos muy en serio las enfermedades comunes en personas mayores, es por eso que si necesitas ayuda en cualquier tema relacionado con el cuidado de personas mayores en Madrid, contacta a nuestro equipo y uno de nuestros expertos se encargará de asesorarte lo más rápido posible.